...todavía tengo muchas sensaciones desordenadas porque para mi todo esto es bastante nuevo, ya que siento un compromiso cada vez mas fuerte con la lucha social, y a veces me mareo…
Todo me conmueve, me mueve, me cambia, me enseña y me reafirma.
Voy a retomarme a un poco antes de hoy.
Las elecciones y los resultados, la propaganda política, la aparición en escena, los medios de comunicación, la propuesta play y la de nosotros hacemos, la mentira, la desprotección, el proyecto nacional y popular, y muchas cosas mas, nos ha movilizado a todos/as. El pueblo habla de política y de políticos, el pueblo habla de trabajo y de planes y subsidios, el pueblo habla de Perón y Alfonsín, de líderes sociales, de empresarios, y de calles asfaltadas. Mientras el pueblo habla, los políticos gastan sumas millonarias para imprimir en las calles que ellos no hablan porque ellos hacen, usan el amarillo para impregnarte lo sentidos y vuelven a callar. En esta campaña parece que el hablar y el hacer no van de la mano, nosotros hablamos entonces no hacemos, ellos no hablan pero son hombres de acción. La política es acción, la política es de ellos, las palabras son nuestras. Falsa contradicción. Dicotomía absurda de este sistema de mierda. La acción y la reflexión van de la mano.
La gente habla, y a la vez que habla recuerda la experiencia, su hacer cotidiano y su realidad. A veces recuerda su lucha.
La gente habla y piensa, y se da cuenta que esa contradicción es falsa también, porque los políticos hablan mas de lo que hacen, y porque no hacen lo que prometen. Tremendo lío ¿no? A la vez el pueblo elige, por única vez es parte importante, participa. Todo esto moviliza y paraliza. Renueva y afirma.
Las elecciones terminan y vuelven a aparecer los miedos y la desprotección. Pero a la vez todavía transcurre la discusión y la necesidad de creer.
En el medio de todo eso, aparece un nuevo problema, el virus de Influenza A, la pandemia mundial, la salud, la muerte.
La asamblea de ayer, me dejo una sensación de fractura, de desorden, de incomunicación, de palabras sueltas, de emisores histéricos; el ejemplo mas fuerte lo demostró Roque Bettinelli, que parecía una radio, y que es nada menos que el sec. Gral. Adjunto del sindicato de suteba en matanza. Después de ese desorden y esa sensación peligrosa de bronca, vinieron más palabras, con compañeras, donde aprendí un poco más a comunicarme, a hablar y a escuchar, a entender a la masa y a no separarme. Me di cuenta que hay mucho miedo, un poco de decepción y cansancio. Ayer apareció la palabra MARTIR, y el diccionario dice: persona que ha muerto por mantenerse fiel a una religión o unas ideas//persona que sufre padecimientos por alguna causa. Esto ordena un poco. La individualidad, el miedo, la muerte, el dolor, las convicciones, la justicia, el ideal, todo reaparece y se reactualiza prácticamente simplificado en un palabra.
Hoy hicimos una pequeña asamblea en la escuela, creo que había ganas, yo la coordine y la convoque, charlamos entre todos/as. Nos escuchamos, expusimos ideas y diferencias. Yo hable de organización. Las compañeras hablaron de las condiciones de vida de los pibes, de organizarnos mas adelante por el dengue, de la familia, de las obligaciones, de la edad, de la política, de los políticos, del ninguneo y la desinformación, de la falta de medidas concretas, de la lavandina que ya llego, de que no tenemos comedor, del sindicato que desmoviliza y no se hace cargo…
Las expresiones fueron varias, algunas compañeras estuvieron toda la reunión, otras iban y venían, otras se querían ir…
La vicedirectora me dijo que el sindicato debe hacerse cargo y no lo hace, (por eso ella no se afilia), porque a cada uno no nos corresponde, alguien debe coordinar y que esta cansada de sentirse usada. Que nosotros elegimos lo que queremos y si no nos gusta no lo hubiéramos votado. Yo le respondí que para mi era mentira que el pueblo tiene los goberntes que se merece, que existen estructuras de poder y de corrupción complejas que a veces nos exceden. Que coincidía con ella en muchas cosas, pero que mi convicción y mi experiencia me hacían buscar la forma de cambiar las cosas.
La secretaria me dijo que no me ilusione con organizar a los padres, que ella tuvo muchas experiencias (porque fue o es militante) y que primero vienen muchos, pero después cuando aparecen los punteros políticos los convencen y desmovilizan, amenazándolos de sacarles los planes. Yo le respondí que no quiero organizar a nadie, que la gente se organiza por necesidad propia, que nosotros podemos estar, apoyar y discutir. Y que no había que subestimar a los padres, la lucha no es lineal y para siempre y que ahora estaban en juego las vidas de sus hijos.
La profe de lengua, que lloro conmigo cuando me emocione, me dijo que estaba de acuerdo, pero que no podía, que se sentía muy SOLA, que las cosas cada vez estaban peor, y que tenia mucha bronca de los gobernantes, pero se SENTIA CON LAS MANOS ATADAS. Sentía que su participación era un GRITO EN EL AIRE. Yo le dije que no mire solo para arriba, que hay que mirar para el costado, y que no estamos solos. Luego le pregunte por su vida, por sus cosas, su familia, y me contó que era madre de 3 hijos, que trabajaba en muchas escuelas, que si sus hijos no iban a la escuela ella debe cuidarlos y que aunque le encante la idea de movilizarse y participar, no puede, porque tiene otras prioridades. Me contó que su marido milita en el sindicato de salud y que ella lo admira y lo apoya, pero elije cuidar del hogar para que el pueda involucrarse en lo sindical. Yo la mire y le sonreí afectuosamente. Ella me abrazo y me dijo que le encantaba lo que decía y que quería que su hijo fuera como yo. Yo me volví llorando en el colectivo, porque no creo en los héroes individuales y porque me sentí también sola. Otra vez la idea de MARTIR.
Hablamos con una compañera, con otra docente de la EPB 184, le deje mi teléfono.
Después fui a la sala acompañada por la compañera, que mañana por 1º vez va a ir a una marcha, otro compañero nos guió hasta el final con el auto. El auto estaba lleno de otras docentes, nosotras fuimos solas, pero ellos llegaron hasta la puerta y se fueron. Algo es algo.
La sala estaba cerrada y fuimos a otra escuela la EPB 187, a hablar como trabajadoras de la educación. Nos juntamos con un grupo y el directivo, intercambiamos opiniones y teléfonos, empezamos armar una red.
Estas son las acciones y reflexiones ultimas, mañana hay una movilización y me desperté pensando (porque cuando llegue me dormí una hora!) que fue convocada apresuradamente, que no permitió la discusión real y que no surgió de la mayoría, que es típico de la construcción de algunos militantes de izquierda que “accionan” tan rápido y solos que el movimiento se queda en palabras y soberbia. Pero que igual voy a ir porque no esta de mas y porque algunas compañeras de la escuela quieren participar.
Todo me conmueve, me mueve, me cambia, me enseña y me reafirma.
Voy a retomarme a un poco antes de hoy.
Las elecciones y los resultados, la propaganda política, la aparición en escena, los medios de comunicación, la propuesta play y la de nosotros hacemos, la mentira, la desprotección, el proyecto nacional y popular, y muchas cosas mas, nos ha movilizado a todos/as. El pueblo habla de política y de políticos, el pueblo habla de trabajo y de planes y subsidios, el pueblo habla de Perón y Alfonsín, de líderes sociales, de empresarios, y de calles asfaltadas. Mientras el pueblo habla, los políticos gastan sumas millonarias para imprimir en las calles que ellos no hablan porque ellos hacen, usan el amarillo para impregnarte lo sentidos y vuelven a callar. En esta campaña parece que el hablar y el hacer no van de la mano, nosotros hablamos entonces no hacemos, ellos no hablan pero son hombres de acción. La política es acción, la política es de ellos, las palabras son nuestras. Falsa contradicción. Dicotomía absurda de este sistema de mierda. La acción y la reflexión van de la mano.
La gente habla, y a la vez que habla recuerda la experiencia, su hacer cotidiano y su realidad. A veces recuerda su lucha.
La gente habla y piensa, y se da cuenta que esa contradicción es falsa también, porque los políticos hablan mas de lo que hacen, y porque no hacen lo que prometen. Tremendo lío ¿no? A la vez el pueblo elige, por única vez es parte importante, participa. Todo esto moviliza y paraliza. Renueva y afirma.
Las elecciones terminan y vuelven a aparecer los miedos y la desprotección. Pero a la vez todavía transcurre la discusión y la necesidad de creer.
En el medio de todo eso, aparece un nuevo problema, el virus de Influenza A, la pandemia mundial, la salud, la muerte.
La asamblea de ayer, me dejo una sensación de fractura, de desorden, de incomunicación, de palabras sueltas, de emisores histéricos; el ejemplo mas fuerte lo demostró Roque Bettinelli, que parecía una radio, y que es nada menos que el sec. Gral. Adjunto del sindicato de suteba en matanza. Después de ese desorden y esa sensación peligrosa de bronca, vinieron más palabras, con compañeras, donde aprendí un poco más a comunicarme, a hablar y a escuchar, a entender a la masa y a no separarme. Me di cuenta que hay mucho miedo, un poco de decepción y cansancio. Ayer apareció la palabra MARTIR, y el diccionario dice: persona que ha muerto por mantenerse fiel a una religión o unas ideas//persona que sufre padecimientos por alguna causa. Esto ordena un poco. La individualidad, el miedo, la muerte, el dolor, las convicciones, la justicia, el ideal, todo reaparece y se reactualiza prácticamente simplificado en un palabra.
Hoy hicimos una pequeña asamblea en la escuela, creo que había ganas, yo la coordine y la convoque, charlamos entre todos/as. Nos escuchamos, expusimos ideas y diferencias. Yo hable de organización. Las compañeras hablaron de las condiciones de vida de los pibes, de organizarnos mas adelante por el dengue, de la familia, de las obligaciones, de la edad, de la política, de los políticos, del ninguneo y la desinformación, de la falta de medidas concretas, de la lavandina que ya llego, de que no tenemos comedor, del sindicato que desmoviliza y no se hace cargo…
Las expresiones fueron varias, algunas compañeras estuvieron toda la reunión, otras iban y venían, otras se querían ir…
La vicedirectora me dijo que el sindicato debe hacerse cargo y no lo hace, (por eso ella no se afilia), porque a cada uno no nos corresponde, alguien debe coordinar y que esta cansada de sentirse usada. Que nosotros elegimos lo que queremos y si no nos gusta no lo hubiéramos votado. Yo le respondí que para mi era mentira que el pueblo tiene los goberntes que se merece, que existen estructuras de poder y de corrupción complejas que a veces nos exceden. Que coincidía con ella en muchas cosas, pero que mi convicción y mi experiencia me hacían buscar la forma de cambiar las cosas.
La secretaria me dijo que no me ilusione con organizar a los padres, que ella tuvo muchas experiencias (porque fue o es militante) y que primero vienen muchos, pero después cuando aparecen los punteros políticos los convencen y desmovilizan, amenazándolos de sacarles los planes. Yo le respondí que no quiero organizar a nadie, que la gente se organiza por necesidad propia, que nosotros podemos estar, apoyar y discutir. Y que no había que subestimar a los padres, la lucha no es lineal y para siempre y que ahora estaban en juego las vidas de sus hijos.
La profe de lengua, que lloro conmigo cuando me emocione, me dijo que estaba de acuerdo, pero que no podía, que se sentía muy SOLA, que las cosas cada vez estaban peor, y que tenia mucha bronca de los gobernantes, pero se SENTIA CON LAS MANOS ATADAS. Sentía que su participación era un GRITO EN EL AIRE. Yo le dije que no mire solo para arriba, que hay que mirar para el costado, y que no estamos solos. Luego le pregunte por su vida, por sus cosas, su familia, y me contó que era madre de 3 hijos, que trabajaba en muchas escuelas, que si sus hijos no iban a la escuela ella debe cuidarlos y que aunque le encante la idea de movilizarse y participar, no puede, porque tiene otras prioridades. Me contó que su marido milita en el sindicato de salud y que ella lo admira y lo apoya, pero elije cuidar del hogar para que el pueda involucrarse en lo sindical. Yo la mire y le sonreí afectuosamente. Ella me abrazo y me dijo que le encantaba lo que decía y que quería que su hijo fuera como yo. Yo me volví llorando en el colectivo, porque no creo en los héroes individuales y porque me sentí también sola. Otra vez la idea de MARTIR.
Hablamos con una compañera, con otra docente de la EPB 184, le deje mi teléfono.
Después fui a la sala acompañada por la compañera, que mañana por 1º vez va a ir a una marcha, otro compañero nos guió hasta el final con el auto. El auto estaba lleno de otras docentes, nosotras fuimos solas, pero ellos llegaron hasta la puerta y se fueron. Algo es algo.
La sala estaba cerrada y fuimos a otra escuela la EPB 187, a hablar como trabajadoras de la educación. Nos juntamos con un grupo y el directivo, intercambiamos opiniones y teléfonos, empezamos armar una red.
Estas son las acciones y reflexiones ultimas, mañana hay una movilización y me desperté pensando (porque cuando llegue me dormí una hora!) que fue convocada apresuradamente, que no permitió la discusión real y que no surgió de la mayoría, que es típico de la construcción de algunos militantes de izquierda que “accionan” tan rápido y solos que el movimiento se queda en palabras y soberbia. Pero que igual voy a ir porque no esta de mas y porque algunas compañeras de la escuela quieren participar.
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