viernes, 6 de enero de 2017

Centro Cerrado Virrey del Pino... el encierro es la solución?

A propósito de la propuesta del Ministro Garavano de bajar la edad de imputabilidad de 16 a 14 años, compartimos este informe de la Trabajadora Social y Delegada de ATE, Gisela Gauna, acerca de las actuales condiciones de encierro de los jóvenes en el Centro Cerrado de Virrey del Pino. Un motivo más para oponerse a tan cínica propuesta ministerial.
No a la baja de  la edad de imputabilidad


La Matanza, enero 2017

CENTRO CERRADO DE VIRREY DEL PINO


El Centro Cerrado de Virrey del Pino, se reinauguró en el año  2011. Aloja a jóvenes mayores de 18 años, que están condenados por delitos cometidos siendo menores de edad. Los jóvenes están bajo el sistema de responsabilidad Penal Juvenil, Ley 13634.
Esta dispositivo fue creada con la intención de evitar que los jóvenes que poseen delitos graves y son condenados, sean alojados en las cárceles comunes.
Este lugar tiene una particularidad, trabajamos “conjuntamente” con el Servicio Penitenciario Bonaerense, quienes se encargan de la seguridad y el traslado de los jóvenes, y nosotros como trabajadores de niñez de la Provincia de Buenos Aires estamos a cargo del trato y tratamiento (ver convenio para la creación del centro cerrado entre elministerio de seguridad y ministerio de desarrollo social, Expediente n° 21200-21272/09, La Plata 24 Nov, 2010). Esta convivencia institucional está llena de contradicciones y dificultades, las cuales padecemos en nuestro trabajo cotidiano, y mucho más lo padecen los jóvenes.
El predio cuenta con una capacidad de alojamiento de 120 detenidos. En un principio estaban alojados 40 jóvenes, quedaban tres módulos (pabellones) libres que lo utilizábamos para el funcionamiento de talleres. A partir de la emergencia de seguridad que implementó Scioli, hace dos años atrás, éste cedió la mitad de la institución al SPB. Construyeron un paredón, que divide la institución; de un lado están nuestros jóvenes, y del otro detenidos adultos que vienen de comisarias que están desbordadas. Esto puso en crisis total a la institución. El SPB ha tomado más poder en cuanto a atribuciones, lo cual repercute en los jóvenes, instalándose  códigos y una cultura propia de las cárceles comunes. Esta situación, genera un estado de tensión y conflicto constante, desatándose  situaciones de violencia.
Actualmente se encuentran alojados 53 chicos, y hemos tenido menores de edad en el área de sanidad. Los jóvenes están alojados en tres de los módulos con 20 habitaciones cada uno. Se debe mencionar que muchas de las habitaciones se encuentran en mal estado: inodoros tapados y desbordados, falta de luz y agua. Hemos llegado a tener 60 jóvenes, pero a partir de una medida de fuerza, la dirección ha restringido el ingreso y algunos chicos  han recuperado su libertad, por lo cual en la actualidad tenemos 53 jóvenes.
En estos últimos meses, muchos  han reclamado falta de comida, poca ración, comprobándose un recorte en el suministro de mercadería.  Si bien no es la primera vez que transmiten esta demanda, esta situación se ha agudizado en las últimos meses.
No contamos con actividades ni talleres para los chicos, por lo cual permanecen 18 hs. al día alojados en su habitación, generándose  violencia entre ellos, lo cual los pone en riesgo, al igual que al personal de niñez. Por esta situación, muchos jóvenes han solicitado ser trasladados a una unidad penitenciaria.

Estigmatización de niños, niñas y adolescentes en tiempos electorales.

Reproducimos y suscribimos el comunicado del Foro por los Derechos de la Niñez, la Adolescencia y la Juventud:

Estigmatización de niños, niñas y adolescentes en tiempos electorales. 

Comienza un año electoral y reaparecen los oportunistas que pretenderán instalar en la agenda el tema de la tan ansiada seguridad ciudadana bajo premisas superficiales y falsas, que no sólo no resuelven el problema, sino que además generan una brecha social más profunda y una estigmatización que actuará directamente en contra de los más desprotegidos, estigmatizando a vastos sectores de la población juvenil, aislándolos aún más, ampliando y profundizando una marginalidad que generará mayores niveles de violencia social.
No a la baja de  la edad de imputabilidad
Es común que en tiempos de elecciones se intente la capitalización del voto descontento a partir de temas tan sensibles como la inseguridad. La base sobre la que se apoyan esos inescrupulosos, en busca de votos, es una realidad dolorosa y profunda que nos afecta a todos en nuestra vida cotidiana, mucho más a los más jóvenes que son proporcionalmente, quienes más padecen las consecuencias de las diversas formas en que se despliegan las violencias.

Muchos discursos punitivos se basan en la supuesta  “puerta giratoria”, en particular relacionada a la forma en la que los menores de edad atraviesan el sistema judicial, que según el discurso de los medios de comunicación, no existe para ellos ni límites ni castigo.

ESO ES MENTIRA. La ley penal juvenil hoy permite procesar y condenar a menores de entre 16 y 18 años, la mayoría de las veces con una pena reducida, pero incluso pueden ser pasibles de la pena de los adultos (lo que ha sido reiteradamente cuestionado por no atender a la etapa evolutiva adolescente).