martes, 6 de marzo de 2012

CARTA ABIERTA A LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN

Cada uno de los seres humanos nos situamos en la realidad que nos toca vivir de acuerdo a nuestra historia, a nuestra cultura, a nuestras experiencias, lo que va formando nuestra ideología.

Las maestras y maestros, llegamos a serlo la mayoría de las veces por una profunda vocación de solidaridad, en primer lugar con los niños, que son la masa con la que amasamos nuestro pan, y también con la sociedad, ya que queremos formar seres libres, pensantes, autónomos, profundamente críticos de la realidad, y sobre todo transformadores de la misma.

Llegué al Magisterio con el auténtico orgullo que tenemos todos los que alcanzamos ese importante escalón en nuestra formación, que nos permite poder transmitir conocimientos, arte singularmente valorado por todas aquellas sociedades que reconocen que su única salvación está en la educación de los futuros ciudadanos.

Trabajo que no puede ser reemplazado por ninguna máquina, porque no sólo requiere conocimientos, sino que se basa en el cariño, la confianza, en el trato afectuoso, en el gesto o la palabra de aliento, en la actitud sincera de importarnos lo que le pasa al otro, ya sea el alumno o la familia.

La familia es nuestra mejor aliada cuando atendemos sus necesidades además de las de los chicos.

Todo esto constituye un trabajo. No mirar para otro lado cuando el chico es golpeado, abusado o maltratado. No desconocer su situación de debilidad en una sociedad donde existen miles y miles de desocupados y sus hijos son nuestros alumnos.

Luchar para que la comida de los comedores sea la mejor para esos chicos y también para que junto con la comida aprendan a leer, a interpretar un texto, a conocer el mundo que los rodea, a apreciar y cuidar la naturaleza, a desenvolverse en la vida aprovechando los recursos que le proporciona el conocimiento de la matemática, a sentir placer con la lectura, a valorar los bienes culturales, a sentir el orgullo de ser argentinos conociendo la historia y el ejemplo de grandes hombres como Belgrano y San Martín, por nombrar sólo algunos de los que trabajaron desinteresadamente para hacernos un país libre y soberano. A afirmar sin eufemismos que las Malvinas son Argentinas. Todo ello es trabajo del maestro.

Me parece una obviedad refutar que trabajamos mucho más que 4 horas y que no tenemos tres meses de vacaciones. Porque sólo el que dice que la inflación es del 8% puede decir que de fines de diciembre al 13 de febrero son tres meses....

No hay comentarios: